Laboratorio de Mecánica Aplicada: inicio de la aeronáutica española

Sin lugar a dudas todas estas circunstancias debieron pesar en el ánimo de Torres Quevedo. Es probable que con el tiempo dejara de creer en la posibilidad de un apoyo estatal serio al desarrollo de la aeronáutica de dirigibles y propusiera él mismo la supresión del Centro de Ensayos de Aeronáutica (11) con un informe favorable de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (12). Es muy posible también que Torres Quevedo entreviera un futuro mucho más prometedor a la aeronáutica de aeroplanos. A la vista de esta documentación no se entiende la importancia que algunos biógrafos de Torres Quevedo, han dado a la aeronáutica de dirigibles hasta incluso la tardía fecha de la Segunda Guerra Mundial (13).

Instituto Torres Quevedo

De esta situación de deterioro que se había venido produciendo en el Centro de Ensayos de Aeronáutica se beneficia en gran medida el laboratorio-taller: el presupuesto que resultaba exiguo para los proyectos aeronáuticas del inventor, no lo eran tanto para ir equipando con materiales y herramientas de precisión un taller de mecánica. Así nace el Laboratorio de Mecánica Aplicada que después pasará a llamarse Laboratorio de Automática (14). Así es como nació la aeronáutica y la aviación española, según se desprende de la documentación que se ha manejado.

Por Real Orden del 22 de febrero de 1907 "se considera de la mayor conveniencia, el que dicho laboratorio se amplie en sus funciones, dedicándolo además al estudio y construcción de máquinas y aparatos científicos para diversas aplicaciones industriales, para la fabricación de aparatos para la enseñanza y otros, de suerte que no sea necesario acudir al extranjero para construir o modificar los aparatos de Laboratorio para las ciencias especiales" (15).

La creación de la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (1907), hace que el Laboratorio tenga un doble apoyo por parte del Estado: al del Ministerio de Fomento, que era de donde formal y económicamente dependía, se une el del Ministerio de Instrucción Pública de quién depende la JAE y que ve en este Laboratorio el lugar donde no sólo pueden formarse en diversas técnicas sus jóvenes estudiantes, sino que también puede ser el lugar donde se desarrollen y construyan los prototipos que diseñen los investigadores de los distintos laboratorios que crea la Junta. Así los problemas de espacio que en estos primeros años había venido teniendo Torres Quevedo, que en un principio ocupa un lugar disponible en el antiguo frontón Betijai y luego pasó a ocupar el local de Guadalajara del Centro de Ensayos de Aeronáutica, comienzan a solucionarse como aparece en las Memorias de la JAE: "...había de tener como comienzo el Laboratorio de Mecánica que el Sr. Torres Quevedo ofrecía generosamente.

Allí no era preciso sino ir escogiendo los jóvenes que pudieran tomar parte en los trabajos, alternando quizá las prácticas aquí realizadas con viajes al extranjero, cuando el Director del Laboratorio y la Junta lo considerasen. Lo único que para ello se necesitaba era local. El señor Ministro se sirvió ofrecer á la Junta una parte del Palacio de la Industria, y algunos estudios de distribución y obras han sido hechos; pero al finalizar el año no se encuentra aún preparado para las instalaciones ni ha sido entregado á la Junta" (16)




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Museo Virtual de la Ciencia del CSIC / Antecedentes del Instituto Torres Quevedo: El laboratorio de automática
Autores: Roberto Moreno, Ana Romero. Arbor N º616. Tomo CLVI. (Abril 1997).
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