Se reúnen bajo este nombre numerosas variedades de plantas semileñosas y trepadoras que cuando crecen libremente pueden llegar a medir hasta 30 m de altura pero que, tras años de tradición en su cultivo y cosecha, es podada anualmente hasta ser reducida a un arbusto de 1m aproximado de altura.
Nos proporcionan sus frutos, las uvas, que las hay de distintas tonalidades y características (llamadas blancas o negras) son comestibles y utilizadas desde muy antaño bien para su degustación o bien para la elaboración del vino y otras bebidas alcohólicas, así como el mosto (zumo de uva).
El vino es una bebida diversidad en origen, aromas y matices, y ha estado muy presente en distintas culturas, con especial protagonismo en las civilizaciones de la cuenca mediterránea desde la antigüedad, dando lugar a todo un arte y una ciencia llamada viticultura, vinicultura o vitivinicultura.
Frecuentemente se denomina a la vid con el nombre de parra (en particular cuando son cultivadas para uva de mesa), este término en realidad se viene utilizando en fruticultura al sistema de cultivo de vides en altura procurando que extiendan mucho sus ramas. Son trepadoras y se sujetan a los soportes que encuentran a su paso, elaborados generalmente mediante tallos o vástagos transformados en zarcillos. Se cultivan en casi todas las regiones de España.
Al terreno cultivado con vides se lo denomina viña o viñedo, y a la recolecta o cosecha de la uva se la denomina vendimia.
Gran parte del cultivo de la uva se destina a la preparación casera de vinos de diferentes texturas, aromas, orígenes y características. Hablemos sobre los aspectos más importantes de la preparación casera de vino en la página siguiente.