Nació en Valencia el 25 de agosto de 1884. Los primeros trabajos de naturalización los realizó en su ciudad natal hasta que en 1910, su hermano José María que trabajaba en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, lo llamó a Madrid. Allí, por intermediación del entonces director de la institución, D. Ignacio Bolívar, la Junta de Ampliación de Estudios le concedió una beca para mejorar su técnica en Europa.
Así visitó entre otros países, Alemania, Francia y Holanda y trabajó con el célebre escultor y taxidermista Ter Meer, al que se le considera el precursor de la taxidermia que se practica en la actualidad.
En España. Luis Benedito aplicó las novedosas técnicas de taxidermia aprendidas en Alemania que consistían prácticamente en:
- Utilización de jabones arsenicales, entre otros productos, para impedir que las pieles se apolillasen.
- Naturalización de los animales siguiendo un proceso denominado Dermoplastia, basado en la elaboración de una escultura del animal a tamaño natural, en pasta de turba y escayola sobre la que se adhería más tarde la piel humedecida sujetándola firmemente con alfileres.
- Uso ojos de cristal de gran calidad que ofrecían a las piezas mayor realismo y rigor científico.
- También en Europa estudió la producción artística de los principales escultores, especialmente de los animalistas. Dotó a sus obras de una gran carga realista en los movimientos y especialmente en las anatomías. Captó en ellas las proporciones exactas, posturas reales y movimientos de los propios animales vivos, producto igualmente del estudio directo de los animales en el campo.
Aunque fundamentalmente hay que destacar la capacidad de dotarles de la expresión propia de cada especie e incluso de cada individuo.
Trabajó desde 1912 hasta 1954 en el Laboratorio de Taxidermia del Museo Nacional de Ciencias Naturales, haciéndose cargo de su jefatura en 1943 tras la jubilación de su hermano José María. Se especializó en la naturalización de mamíferos. Son obra suya casi todos los dioramas del Museo y también otros que fueron regalados por Alfonso XIII a los museos de Londres, Lisboa y Estocolmo.