Orden: Serpentes
Familia: Elapidae
Nombre vulgar: Cobra blanquinegra.
Descripción:
La familia Elapidae, esta formada por unas 250 especies reunidas en medio centenar de géneros. Tienen una gran variación de color, desde tonos homogéneos, pardos o negros, hasta vivos tonos verdes como en Dendroaspis angusticeps, incluso combinaciones de amarillo rojo y negro como Micrurus fulvius (serpientes de coral).
La cabeza esta cubierta de grandes placas y esta poco diferenciada del tronco. El ojo es pequeño como en el género Micrurus o grande. La pupila es redonda o bien vertical y elíptica. El iris es pálido u oscuro. El cuerpo esta cubierto de escamas romas por lo general.
Su tamaño medio oscila entorno al metro, siendo la más pequeña Vermicellla annulata con 40 centímetros y la más grande Ophiophagus hannah (la cobra real) con más de cinco metros.
Distribución:
Se encuentran en las zonas tropicales y subtropicales de América, África, excepto Madagascar, Asia y sobre todo Australia, donde hay una gran diversidad de especies. La Cobra Blanquinegra (Naja melanoleuca) se extiende por todo el África al Sur del paralelo 15. Es común en Bioko y en Río Muni. Alcanza una longitud máxima de dos metros y veinte centímetros.
Biología:
Son altamente venenosas; poseen un par de colmillos en la parte anterior de la mandíbula superior, que o bien están acanalados para el transporte del veneno o bien tienen estrías cuyos bordes se han unido para formar un canal para el veneno. El veneno es inoculado a sus presas, por lo general vertebrados, al morderlos; sin embargo existe un grupo de especies como Hemachatus hemachatus, que proyectan su veneno a los ojos de sus víctimas hasta a una distancia de tres metros. Son terrestres o arborícolas. Las cobras por lo general adoptan un curioso actitud ante el peligro, consiste éste en erguir la cabeza y parte anterior del cuerpo al tiempo que extienden sus largas costillas cervicales, para formar con su piel una especie de capucha con el objeto de parecer más grandes y amedrentar a sus enemigos.
Son mayoritariamente ovíparos y algunas especies como la Cobra real, cuida de su puesta, para ello la hembra construye primero un gran montículo de hojas, hierba y tierra, forma una cavidad en su interior en la que deposita los huevos, en número de 18 a 40 y posteriormente los cubre con más hojas haciendo otra cavidad encima, en la que se sitúa custodiándolos hasta la eclosión. Algunas como las especies del género Boulangerina son acuáticas.