Pero estos sistemas no dieron un resultado plenamente satisfactorio ya que la descarga de estos condensadores era inmediata mientras que la de la capacidad adquirida por la línea tenía un comportamiento mucho más atenuado en el tiempo. Ejemplos de montajes de este tipo fueron los desarrollados por Baudot en Francia, pero con resultados no satisfactorios especialmente en las líneas submarinas.
Estos inconvenientes limitaban la posibilidad de utilicación del telégrafo en dúplex con lo que en muchos casos se precisaba el tendido de una nueva línea o bien la parada del servicio durante largos períodos para restituir aquellos de licados equilibrios como ya se ha dicho.
Todos estos problemas fueron estudiados por Pérez Santano en la Dirección General de Telégrafos a partir de 1892, ofreciendo una solución cuando se incorporó como Auxiliar técnico al Laboratorio de Automática en 1904. En 1910 Pérez Santano publicó en la Energía Eléctrica (45) una detallada descripción del sistema por él desarrollado. El esquema se muestra en la figura 4.
En él se puede observarque la clave de su desarrollo consistió en la eliminación de los condensadores tradicionales y de la resistencia R2 y su sustitución por un electroimán de núcleos movibles, de tal forma que la inducción variable que generaban anulaba mucho más eficazmente la capacidad de la línea que los sistemas antes mencionados.
La instalación del sistema Santano demostró en la práctica la posibilidad de restituir los equilibrios del puente en escasos segundos siempre y cuando el oficial telegrafista tuviera una mínima habilidad.
Esto permitió la utilización del dúplex a pleno rendimiento que llegaba a alcanzar los 120 despachos de 20 palabras por hora, evitando la necesidad de instalación de nuevos tendidos que duplicaran las líneas.
Especialmente caro era el tendido de las líneas submarinas, en las cuales habían fracasado sistemas extranjeros como pudo ser el Baudot instalado en la línea Almería-Melilla. El estrepitoso fracaso en la campaña del Rif de 1909 de este sistema, supuso el tener que recurrir a buques correo para llevar a la Península los telegramas que quedaban fuera de la capacidad de este sistema telegráfico.
El sistema Santano evitó la necesidad de recurrir a nuevos tendidos no solo aéreos si no también submarinos.
Para cuantificar este éxito baste decir que duplicar el tendido Cádiz-Las Palmas suponía un coste aproximado de cinco millones de pesetas y que se consideraban en aquella época como imprescindible para atender las crecientes necesidades del servicio. La aportación de Santano tuvo un cierto reconocimiento a nivel internacional al ser adoptada por el gobierno francés para su línea Cádiz-Tánger; y tal vez no tuvo una mayor implantación en Europa por el comienzo de la Guerra Mundial.