Fundación Nacional para Investigaciones Científicas y ensayos de reformas

La dependencia administrativa del Laboratorio durante los años 20 y 30 va a sufrir varios cambios aunque esto no parece que altere en forma alguna el funcionamiento normal del centro. Por Real Decreto del 20 de febrero de 1922 el Laboratorio pasará a depender del recién creadoMinisterio de Trabajo, adscrito como antes a la Dirección General de Comercio e Industria. El 29 de junio de 1926 se firma el Real Decreto por el que el Laboratorio de Automática pasa a llamarse "Laboratorio de Mecánica Industrial y Automática". En 1928 por un Real Decreto de la Presidencia del Consejo de Ministros celebrado el 3 de noviembre, se reorganizan los departamentos ministeriales, creando el Ministerio de Economía Nacional al que pasa la Dirección General de Industria y con ella el Laboratorio.

El 13 de julio de 1931, luego ratificado por Ley de 5 de diciembre de 1931, queda constituida por Decreto Ministerial la "Fundación Nacional para Investigaciones Científicas y ensayos de reformas". El Laboratorio de Mecánica Industrial y Automática queda incorporado a esta Fundación (22).
En la creación de esta Fundación se encuentra de nuevo la figura de José Castillejo como Director Administrativo, a la sazón Secretario de la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas. Compatibilizará ambos cargos hasta el año 1935 (23), aunque en más de una ocasión ponga de manifiesto su voluntad de abandonar uno de ellos.

Talleres de mecánica del Instituto Torres Quevedo de Física Aplicada en la década de 1940

En el Libro de Actas del Consejo de Administración de la Fundación, en varias de sus sesiones se hace referencia a este tema en los siguientes términos: "El Director Administrativo manifestó que el desarrollo de los servicios y nuevos encargos que se le confían, le hacen imposible atender debidamente a las necesidades de la Fundación y a las obligaciones de su cargo en la Junta para Ampliación de Estudios, por lo cual ruega al Presidente del Consejo de Administración que se ponga al habla con el de la Junta, para hallar una persona que pudiera desempeñar ambos cargos, o por lo menos uno de ellos" (24).

Aunque no se explicita cual de los dos puestos a Castillejo le gustaría mantener, parece claro que le resulta más atractiva la Fundación recientemente creada que la Junta, aunque ello no impida que entre ambas instituciones se establezca una estrecha colaboración como se expone más adelante.

Entre los fines y objetivos que parecen mover a la creación de la Fundación, hay dos claramente expresados: uno de ellos es el fomento de las investigaciones científicas aplicadas a la industria, y el otro es la creación de núcleos de trabajo científico en el que se de cabida a los jóvenes que salen de las Universidades y Escuelas Superiores.

Para conseguir el primero de los objetivos, el Laboratorio de Torres Quevedo jugará un papel clave; y en cuanto al segundo la Fundación apoyará económicamente por un lado la creación de diversos laboratorios y seminarios por toda España (un Laboratorio de Histología en Valladolid, un Seminario de Matemáticas dirigido por Rey Pastor, un Laboratorio de Hematología en la Universidad de Zaragoza, el Laboratorio de Química en la Universidad de Oviedo), y por otro proyectos concretos de investigación nacidos en Centros dependientes de la JAE como son el Instituto Cajal, la Misión Biológica de Galicia o el Jardín Botánico. Los objetivos por tanto no se alejan tanto de los que movieron en su día a la creación de la JAE; no en vano aparece la misma persona, José Castillejo, como motor y cerebro de los dos proyectos. Pero si hay que establecer una pequeña diferencia: en el caso de la Fundación Nacional se hace hincapié en la necesidad de que la investigación científica tenga una repercusión clara en la industria del país.

Esto aparece en la documentación indicado de forma explícita, pero de alguna forma el trabajo que se había venido realizando en el Laboratorio de Automática, primero de una forma más o menos autónoma y luego como integrante de la Asociación de Laboratorios, respondiendo por tanto a las directrices marcadas por una política científica concreta, no había sido otra cosa que prestar un apoyo logístico y técnico a la investigación científica del país.
En el acta levantada tras la sesión del 12 de mayo de 1933 quedan plasmados los acuerdos que con respecto a la reciente adscripción del Laboratorio a la Fundación se tomaron.

Destacan la confirmación en el cargo como Director a Leonardo Torres Quevedo, la creación del puesto de Subdirector que lo ocupará Jose María Torroja y Miret que hasta entonces desempeñaba el puesto de auxiliar técnico, el nombramiento de Gonzalo Torres Polanco como Habilitado de la Fundación Nacional para el Laboratorio de Mecánica Industrial y Automática, y por último la división en dos secciones de dicho Laboratorio: una de automática, a cargo de su Director y auxiliado por los Sres. López del Castillo y Torres Polanco, en la que ya tenía centrados sus intereses desde hacía muchos años, y otra para los estudios y fabricación de aparatos y preparación de personal bajo la dirección inmediata del recién nombrado subdirector Sr. Torroja.
El cuadro del personal se completa con otros dos auxiliares técnicos adscritos a la sección de fabricación de aparatos, un maestro de taller, siete mecánicos, un contador, un auxiliar de contaduría, un delineante, una mecanógrafa y dos vigilantes.

José Maria Torroja y Miret

El nombramiento de Torroja como Subdirector según la documentación manejada parece que no es muy bien recibido (25). Hay que tener en cuenta que en marzo de 1933 que es cuando se dicta el Decreto, Leonardo Torres Quevedo está próximo a cumplir los 82 años, y en la figura del Subdirector se delegarían los poderes del Director en caso de incapacidad de éste. Para terminar con la historia del Laboratorio resulta interesante citar al propio Torres Quevedo pues pone de manifiesto la actitud nada reprochable que adopta como director durante todos estos años: "Yo creo que sirvo para trabajar en mis cosas pero no para dirigir a los demás.
En el Laboratorio de Automática dirijo lo menos que puedo, casi nada: procuro buscar colaboradores que tengan ideas propias y les doy los medios para desarrollarlas, sin meterme en lo que hacen" (26).




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Museo Virtual de la Ciencia del CSIC / Antecedentes del Instituto Torres Quevedo: El laboratorio de automática
Autores: Roberto Moreno, Ana Romero. Arbor N º616. Tomo CLVI. (Abril 1997).
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