A lo largo de su historia, el ser humano ha ido conociendo cada vez más y mejor su entorno y los elementos que lo componen. Para ello y, para poder ir ampliando sus conocimientos, hemos recurrido a algo tan fundamental como el método científico. En qué consiste el método científico:
1) OBSERVACIÓN: La observación ha de ser previa a cualquier juicio o frase sobre un objeto o ser vivo.
2) PONER NOMBRE A LAS COSAS: Sabemos que nuestro cerebro trabaja con universales que corresponden a clases de equivalencia.
Poner nombre es un proceso en el que se establecen relaciones
- En primer lugar aplicamos un sustantivo; por ejemplo, "oso". Pero un oso no es un animal concreto, determinado, sino que define a todo un género de animales: el género Ursus, que representa un conjunto de animales con características o elementos en común.
- En segundo lugar aplicamos el adjetivo calificativo; por ejemplo, "pardo". El adjetivo "pardo" diferencia al oso al que nos estamos refiriendo de todos los demás animales de su mismo género Ursus. No es lo mismo un "oso pardo" que un "oso negro", un "oso de los Andes" o un "oso blanco".
Este proceso de poner nombre es necesario para poder enseñar ciencia. Hay que dedicarle mucho tiempo, pero a cambio nos proporciona el lenguaje necesario para plantear y tratar de resolver cualquier problema. Una vez que hemos definido las cualidades del objeto, nos preguntamos ¿cómo se produce y cómo se comporta ese algo que hemos definido?
3) LA EXPERIMENTACIÓN: Reconstruimos el modelo manipulando la realidad.
4) También podemos seguir ESTABLECIENDO RELACIONES: La naturaleza hay que estudiarla en su conjunto. Ampliamos así el nivel de comprensión.
Repitamos estos pasos con un modelo imaginario aplicándolo a la transmisión del método científico en educación infantil o primaria.
1º) Observación: Los niños y niñas han visto ríos, nubes de vapor de agua, hielo... Conocen entonces los distintos estados del agua. Pero para conocerlos científicamente y acercarles a sus diferentes estados a nivel molecular, podemos ayudarles a imaginar las moléculas del agua como una bolsa de canicas que tienen un comportamiento variado.
2º) Ponemos nombre a esos estados: Líquido, vapor y sólido. Y ayudamos a que los niños y niñas se pregunten cuál es la diferencia de los tres estados del agua (el agua es siempre agua). Nuestra bolsa de canicas nos sirve para imaginar todos los procesos del comportamiento de las moléculas que definen los distintos estados del agua.
Para aumentar las ideas de contenido científico vamos a relacionar el concepto "agua" con elementos del mundo real. Para su estado líquido: mar, embalse, lluvia, charco, catarata o salto de agua, grifo o llave del agua. Para su estado gaseoso: vapor de agua, sudor, vaho. Para su estado sólido: glaciar, cubitos de hielo, bola o muñeco de nieve.
3º) Finalmente pasaremos a la experimentación: Reconstruimos el modelo manipulando la realidad, calentando y enfriando el agua.
Podemos ahora seguir estableciendo relaciones, ya que la naturaleza hay que estudiarla en su conjunto, ampliando con ello el nivel de comprensión. Nos situamos así dentro de un sistema ecológico, ejemplo de funcionamiento del planeta: el ciclo del agua.