El problema de la herencia de caracteres parecía demasiado difícil para ser abordado de una forma científica. Hasta que Gregor Mendel abordó el tema.
Los padres de Mendel, Anton Mendel y Rosine Schwirtlich, eran campesinos. Posiblemente se asentaron en tierras de Heinzendorf, actualmente situada en Chequia y en aquella época perteneciente al Imperio austro-húngaro, después de que el padre sirviese como soldado en las guerras napoleónicas. Tuvieron cinco hijos, de los que solo tres llegaron a adultos: Verónica, nacida en 1820, Johann, en 1822 y Teresa en 1829.
Tras cursar el bachillerato con calificaciones excepcionales, Mendel ingresó en el Instituto de Filosofía de Olomouc, pagándose su estancia por medio de clases particulares.
Después de pasar algunos apuros económicos en los que fue ayudado por su hermana Teresa, que le cedió parte de su dote, decidió tomar el hábito agustino en 1843, y recibió las órdenes sacerdotales cuatro años después. Allí cambió su nombre, Johann, por el Gregor, que empleó en sus publicaciones científicas.
A partir de ese momento su lugar de residencia permanente será el monasterio de Santo Tomás, en Brno, salvo cortos periodos que empleó en su propia formación.
Durante muchos años enseñó matemáticas y asistió a algunos cursos en Viena, donde permaneció estudiando física, matemáticas y ciencias naturales durante dos años.
En fin, el problema de la herencia de caracteres parecía demasiado difícil para ser tratado de forma científica hasta que Gregor Mendel abordó el tema. Se puede decir que poseía una mente científica de primera línea y, además, una enorme intuición para elegir los caracteres que se debían estudiar. La idea que tenía nuestro monje era la de desentrañar el misterio de los híbridos, con el objeto de conocer las leyes de la herencia y poder "fijar" los caracteres deseados. Para poder seguir sus procedimientos experimentales debemos antes adquirir los conceptos necesarios.